"Escribo porque es la única manera de hablar, callando."

domingo, 4 de noviembre de 2012

Y si de repente la ausencia fuese eterna


No hay más aquí, no hay nada más que cuatro pies caminando juntos al entierro.
(No hay más aquí que un entierro).
No hay nada en mi... no hay nada más que tu wake-up voice en la luz matinal de estas sábanas solas.
(No hay nada más que estas sábanas solas).
No hay nadie más para mi... no hay nadie más que este ser encarnado en los ojos, en las uñas.
(Ya no tengo uñas, todas están en mi boca).

No hay más... acá no hay nada más que mi vientre congestionado con tu caricia.
(No hay nada más que tu caricia).

Toda la ansiedad, el desvelo. Todo el malestar, el destello. Todo tu amor, mi amor.
No tengo nada más aquí.
No tengo nada más que tu amor, mi amor.

[Tu amor que es caricia, entierro, sábanas, boca.
Tu amor, siempre sincero, que calla la agonía distante, la distancia agonizante]

Y que alma acalambrada esta que musita el desesperar de tu cuerpo salavador en la noche
(en el día, en la siesta, en la luna, en la almohada).

No hay comentarios: